martes, 18 de agosto de 2009

Plagio y Comprensión Humana

EL PLAGIO EN EL TRABAJO CIENTÍFICO

“El plagio del trabajo científico es la acción de omitir citas bibliográficas de trabajos de otros autores para resaltar el merito propio”. (Rojas, 1992).

Como lo menciona Rojas (1992) el plagio es una actividad común entre los estudiantes, sin embargo también profesores y funcionarios recurren a dicha práctica, una de las razones de mayor peso es la falta de formación científica por lo cual recurran muchos individuos a apropiarse de ideas información o aportaciones de diversos autores sin citar a éstos, el hecho de omitir tal información es deshonesto y se engaña al público al que se dirige la información, existen casos muy conocidos de plagio intelectual donde a los investigadores que ha recurrido a dicha práctica han sufrido el demérito académico y más de alguno de ellos han tenido que responder a demandas legales.

Lo que menciona Rojas (1992), no es un problema menor, cualquiera que sea la intensión, no es ético que alguien reciba merito por un trabajo que no es suyo; es por ello que la necesidad de realizar una serie de acciones que difundan la importancia de respetar el origen intelectual, en particular de aquellos trabajos de los que nos apoyamos para realizar nuestras tareas como estudiantes, investigadores o funcionarios, las acciones que se recomiendan son las siguientes:

· una de las primeras acciones es generar conciencia sobre dicha problemática, una acción importante es la difusión, utilizar materiales impresos dirigidos a la comunidad educativa en primera instancia, hablo de que podrían ser trípticos, panfletos, carteles, videos cortos, entre otros;

· Considerado que es mejor prevenir, es importante que las autoridades educativas incluyan dentro de sus reglamentos disposiciones preventivas (un reglamento dónde se indique a profesores que hacer en caso de que se recurra al plagio académico), y a los alumnos les haga saber a que se exponen en caso de incurrir en dicha falta.

· Que los profesores aborden dicha temática en sus clases regulares, así como las consideraciones metodológicas que deben respetar en sus trabajos escritos, incentivar a los alumnos a utilizar en sus trabajos la información de sitios de calidad académica.

· En el terreno familiar es importante que se aborde la temática con los hijos, acercarles materiales donde se hable sobre la problemática y sobre todo que cuenten con la documentación que les permita citar correctamente, hacerles saber que el plagio intelectual es una forma de hurto, y que dar el crédito de quién tomamos información o ideas es una práctica de honestidad que debemos evitar.

· Dentro del lo laboral, es necesario mencionar que una de mis funciones está la de coordinar los cursos de actualización a profesores de educación básica, específicamente en la temática del uso de la tecnología en el aula, la propuesta es que dentro de los módulos de Internet y correo electrónico, se incluya la temática del plagio intelectual, así como poner a disposición de profesores un tríptico informativo que contribuya a sensibilizar y crear conciencia sobre la importancia de asumir la responsabilidad de desarrollar una práctica académica con respeto al trabajo intelectual de los demás.

· Como investigador el compromiso es mayúsculo, ya que es necesario predicar con el ejemplo, para tal caso es determinante y obligatorio en primer lugar el uso de la norma para realizar las cita de los trabajos en los que se apoyan mis ensayos, y en cualquier oportunidad de estar en público hacer difusión sobre el respeto a la autoria intelectual.

Indudablemente que el tema no es nuevo, tenemos antecedentes históricos sobre plagios intelectuales muy lamentables; lo que si podemos asegurar es que hoy en día, tal actividad se ha convertido en una práctica común, las razones son las mismas de antaño, pero aunando a ellas se tienen las facilidades que ofrece para éste fin el uso del Internet. De aquí la importancia de difundir una cultura de la honestidad intelectual en los ámbitos en los que nos desarrollamos.

ENSEÑAR LA COMPRENSIÓN

“El problema de la comprensión se ha vuelto crucial para los humanos, debe ser una de las finalidades de la educación del futuro” (Morin 1999),

Morin (1999) menciona lo siguiente:

Existe una diferencia en educar para comprender cualquier disciplina, como podrían ser las matemáticas y enseñar a comprenderse entre las personas; en el aspecto de la comprensión entre humanos existen dos vertientes una es la planetaria y otra la individual, la primera se refiere a la que se debe dar entre humanos como grupos, países, continentes, etnias, entre otras y la segunda se refiere a la comprensión como personas entre los miembros de una familia; dentro del seno familiar la comunicación muchas veces no conlleva la comprensión, es donde menos logramos comprendernos;

Para comprender una disciplina es necesaria la explicación, para comprendernos como personas se requiere algo más, comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección, en un ambiente de apertura, simpatía y generosidad.

Existen muchos obstáculos para lograr la comprensión entre los individuos: el ruido que es todo aquellos que no permite que llegue claramente el mensaje; la polisemia que se refiere a los diferentes significados que puede tener un mensaje o palabra; la incomprensión de los valores considerando que existen diferentes escalas de una cultura a otra; el egocentrismo y socio-centrismo, xenofobia y racismo,;el espíritu reductor que contrario al espíritu complejo destruye y minimiza cualquier aspecto de la vida. En este contexto para lograr una mejor comprensión entre humanos es necesario que aunado a las acciones económicas, jurídicas, sociales, culturales también se consideren el desarrollo de acciones que fortalezcan intelectual y éticamente a la sociedad, de este modo se atenderían tanto la comprensión intelectual como humana. (p. 47-58)

Aún cuando parezca un juego de palabras debemos comprender la incomprensión, para explicar éste término más ampliamente y coincidiendo con Morin (1999) respecto a su definición de ética de la comprensión, “es preferible argumentar y refutar en vez de excomulgar y anatematizar”, y lo explica de manera muy concreta , “si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de la humanización de las relaciones humanas”.

Cabe expresar que regularmente encasillamos a las personas por algún rasgo o acción realizada, es decir reducimos todos los aspectos de su vida en ese único rasgo, estereotipamos, sin dar oportunidad a ver los otros elementos que como persona tiene, vida familiar, vida laboral, el papel como hermano, esposo, padre, su participación en la comunidad a la que pertenece, entre otros, es entonces de lo que se trata, la propuesta es transmitir una ética basada en el conocimiento y entendimiento del ser humano, que según el autor propicia la humanización de la humanidad, “No olvidar el origen y pertenecía a la vida, ser solidario, y desarrollar el sentido de la comprensión entre personas, y, hacer una ética desde el individuo con la sociedad y la especie (la triada)”.

Retomando la idea de Morin en el capitulo VI “Enseñar a comprender”, para lograr un cambio mediante la enseñanza del comprender, existe mucho trabajo de por medio, ya que implica realizar cambios sustantivos en las mentalidades de las personas, sobre todo fomentar la tolerancia, la comprensión entre seres humanos como vía para la educación para la paz; la dificultad de este proceso radica principalmente por que no se debe esperar reciprocidad, es decir no esperemos que también exista comprensión de la contraparte.

El concepto que maneja Morin establece un marco imperante y muy amplio, el tema es transversal y aplicable a cualquier disciplina de las actividades humanas, la base y argumentos del autor que fundamenta los conceptos, me permiten identificar que es necesario el entendimiento y comprensión, en primera instancia de manera interna, y posteriormente aplicarlo a nuestro entorno, ser empático con compañeros de trabajo, la pareja, con los hijos, hermanos, los padres, es decir con quienes interactuamos, trasladándolo a nuestras actividades laborales, podría ser tener empatía con nuestra contraparte y olvidar aquellas viejas rencillas, es complejo y difícil, sin embargo el esfuerzo vale la pena ya que es una manera de aportar un granito de arena a ésta necesidad de humanizar las relaciones humanas.

En lo laboral es también aplicable ya sea nivel directivo u operativo, la manera de hacerlo es aprendiendo, es decir ante algún hecho o circunstancia es necesario ver acertadamente los factores atribuibles a humanos y no humanos, para entender de una forma más amplia la situación y posteriormente actuar, considerando que si bien la comprensión se basa en la percepción, es importante la acción.

En el rol de investigador es fundamental la aplicación de la empatía, entendimiento, comprensión, ya que existe un elemento importante y característico del conocimiento, la incertidumbre, es necesario aprender a afrontar lo incierto e inesperado por tanto no podemos ser rígidos y parcos en nuestra argumentación, recordando las palabras del autor “Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza”, y sobre todo debemos ser muy cautos ya que, esta comprobado que el intelecto no garantiza la empatía: incluso puede llegar a ser un peligro de sobrepasarse en la interpretación de las sugerencias, atribuyendo intenciones que no existen.

Una persona tolerante pero no comprensiva desconoce que es dialogar, cree que consiste en convencer a la otra persona antes de ser convencido por ésta. Se las reconocen porque dicen frases como “¡digas lo que digas, no me vas a convencer!”, “no insistas, no me convencerás” o frases similares.

Por tanto no es suficiente ser tolerante, aunque ya es un logro. Hay que ser comprensivo. Y si bien es cierto que hay pocas personas tolerantes, las comprensivas escasean. ¡Fomentemos la comprensión!

Referencias:

Morín, E. (1999) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro,
Correo de la UNESCO.

Rojas, R. (1992). Formación de investigadores educativos. México: Editorial Plaza y Valdés.

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